¡No al cambio horario!

Desde que a finales de marzo de 1974 se introdujo la costumbre de adelantar en una hora durante el verano el horario, intentando así ahorrar energía, no he podido disfrutar de las delicias de salir a una hora prudencial sin "asarme de calor". No creo que para el caso de España y mucho menos en Andalucía pueda implementarse lo que ocurre en el resto de Europa. Gracias a mis conversaciones con doña María Amparo Gómez-Bastero y Ferrer, me fue cedido este artículo; aparecido en la prensa local:

Los pollos tienen razón

Ellos se levantan siempre cuando amanece y se recogen al anochecer ¿La hora? Se la marcan ellos y se la cantan también, estén en el país que estén. Y parándome a reflexionar en este detalle, me pregunto yo ¿por qué nosotros los humanos tenemos que adelantar dos horas, al Sol?¿Es que corremos más que el astro rey? ¡Qué listos nos creemos! Dice un refrán "que no por mucho madrugar, amanece más temprano". Siempre me ha chocado cuando nos adelantan la hora y encima con "inri" nos dicen ¡es que ahorramos energía! Ahorramos ¿qué...? Si, cuando por las mañanas vas dejando de encender todas las luces; otra vez, vuelta a encender. Porque lo que ocurre es que te quitan ¡una hora! De sueño, de descanso, de luz, ¡de todo! ¿Y eso es ahorrar? Pues que venga Dios y lo vea.

Hace poco hice un viaje a Alemania, Austria y Hungría. Y... ellos, sí que tienen el horario como los pollos. A las cuatro amanece, a las cinco es de día, y a las seis... hay un sol que no se puede aguantar (no calienta como el nuestro, pero la luz es la misma). Y pregunto: ¿De qué nos sirve a nosotros tener el reloj con la misma hora que esos países?¿si aquí no amanece a la misma hora que allí?¿por qué?¿Porque somos europeos? También en tiempos de Felipe II éramos todos los de sus tierras españoles, y en ellas, por su extensión, no se ponía el Sol, ¿Y los de la península Ibérica, teníamos la misma hora que los de América? ¿No creéis que estamos haciendo el tonto?

Ellos, los de esa parte de Europa, como los pollos, se levantan y se acuestan como el Sol. Por eso cuando nos dicen: "en Alemania, y etc; se desayuna a las seis o a las siete, se come a las doce y a las diecinueve se cena", poniéndole dos horas más, viene a ser como la nuestra, pero con la diferencia que ellos lo han hecho todo con luz del día, aprovechándola bien y con mucho más descanso que nosotros. Y ahora, quién se acuesta aquí a las veintidós horas, con el sol fuera todavía. Pero luego te tienes que levantar a la hora de ellos, que aquí es de noche cerrada, a encender luces ("para ahorrar energía") y el cansancio de no haber podido descansar lo suficiente.

María Amparo Gómez-Bastero y Ferrer

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